Atender imprevistos personales cuando eres freelance

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Cuando elegimos ser freelance, se abre frente a nosotros un amplio abanico de beneficios que, seguramente, son los que nos han empujado previamente a tomar la decisión de independizarnos profesionalmente: libertad de horarios, ser nuestro propio jefe, elegir los proyectos que deseamos llevar, decidir sobre nuestras vacaciones, poder disfrutar de los éxitos propios o aprender de los no tan éxitos para seguir adelante.

También, al otro lado de la balanza, hay situaciones que nos planteamos que no son tan positivas y que alimentan el miedo a lanzarnos pero, si hemos llegado hasta aquí, hemos sido capaces de solucionarlas o, al menos, que no nos paralicen: no tener suficientes proyectos o no llegar a fin de mes. Sin embargo hay una posible situación que de manera habitual no prevemos y que deberíamos tener en cuenta cuando somos profesionales independientes: ¿Qué pasa cuando debemos atender imprevistos que nos impide trabajar por un espacio de tiempo?

En el caso de trabajar en una empresa para terceros, aunque tenemos un horario habitualmente nada flexible, contamos con el beneficio de las bajas laborales o días de ausencia en los que sabemos que, en la mayoría de los casos cuando tenemos que atender imprevistos, nuestro trabajo puede hacerlo otra persona y sin que ello conlleve perder el cliente. Pero cuando trabajamos solos, no tenemos un equipo y se presenta una situación familiar o personal que nos imposibilita trabajar un tiempo, ¿qué podemos hacer para que no repercuta en el cliente?

1. Prever la situación desde el principio: esto puede pasarnos a todos

Todos estamos expuestos a tener situaciones en nuestra vida que nos obliguen a alejarnos momentáneamente de nuestras responsabilidades profesionales. La “situación” se puede alargar unos días, semanas o incluso algo más, en los que debamos atender a familiares enfermos o realizar viajes imprevistos y necesarios, por ejemplo. Lo primero a tener en cuenta es no castigarnos con ello y ser conscientes de que son momentos de la vida que han surgido y hay que atender.La previsión es muy importante. Si hemos sido capaces de tener un plan B “por si acaso” tenemos que atender imprevistos, afrontaremos esta situación con mayor tranquilidad.

¿En qué consiste ese Plan B?

- Contar con un grupo de contactos freelance de alta confianza en los que puedas derivar el trabajo durante estos momentos. Con estos colaboradores deberá primar la relación de confianza plena ya que pondrás en sus manos tus clientes y éstos, a su vez, deberán trabajar a tu mismo nivel de calidad y respetando tu trabajo y tu clientela. Debes sentirte seguro de contar con ellos y que no sea una situación de estrés que agrave problema.

- En algunos casos también es viable que tengamos trabajo adelantado el cual podamos planificar y automatizar de manera que, con supervisión, siga adelante si tenemos que atender imprevistos.

Si no es así y no lo hemos tenido en cuenta previamente, lo fundamental es la organización. Llegado este momento, debemos valorar el tiempo que tendremos disponible para trabajar, los clientes y trabajos que debemos afrontar, los tiempos que debemos cumplir y realizar una planificación honesta.

En este balance de situación, además del tiempo físico disponible para dedicar a las tareas profesionales, debemos también incluir la capacidad real que consideramos que tendremos para poder trabajar. Cuando llegan estas situaciones imprevistas, el desgaste físico y mental al que se nos someterá es muy grande, con lo que no es sólo disponer de tiempo, sino de ser conscientes de si ese tiempo será productivo o es mejor buscar otra solución e intentar descansar. Cuando sepamos claramente lo que podemos abarcar y atender en este momento, será el mejor instante para dar el siguiente paso.

2. Si tienes que atender imprevistoa sé sincero con el cliente

Este es quizás el paso más difícil cuando somos freelance. Aquí ataca el “miedo” de una manera voraz. Nos preocupa en demasía perder el cliente y no poder volver a recuperarlo o, incluso, encontrar otros. Puede que, por desviar la atención de la situación, nos preocupe más esta posibilidad que el propio momento que estamos viviendo. Es necesario “hablar” con nuestro miedo y conseguir entender que ni perderemos todos los clientes, ni dejarán de contactar con nosotros otros nuevos por esta situación.

Explicar al cliente la realidad nos quitará una gran presión y conseguiremos que él no se vea afectado, así como que su confianza en nosotros aumente por la sinceridad aportada. No olvidar: para plantear la situación, siempre hacerlo con la solución en la mano. Puede ocurrir que el cliente refleje empatía, lo entienda y se adapte a la situación o que, por el contrario, no lo vea oportuno y prefiera rescindir. En el segundo caso, debemos igualmente respetar su decisión y conseguir que esto no nos afecte emocionalmente. Hemos hecho todo lo posible aportando una solución óptima para él.

3. Volver al 100% feliz de haber estado donde debías estar

Cuando la situación se haya resuelto, será el momento de volver plenamente satisfechos por nuestro papel, con la confianza de haber atendido aquello que debíamos y haber sido sinceros con nosotros mismos, así como con los que contaban con nosotros. Con esta nueva mochila de aprendizaje, volveremos a recargar pilas y estar al 100% para afrontar nuevos retos como emprendedores independientes, más fuertes anímica y profesionalmente, con la lección aprendida de saber cómo atender imprevistos personales.

Somos freelances, con sus aspectos positivos y con otros que, quizás, no los vemos como tales. Buscar opciones y soluciones nos ayudarán a continuar nuestra profesión al máximo nivel de calidad.

Atender Imprevistos freelance

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